domingo, 1 de agosto de 2010

EL ARTE DE AMAR


Al captar nuestra propia esencia, automáticamente nos lleva a la atracción del amor, ya que vive dentro de uno, y en consecuencia nos es dada la posibilidad de exaltarlo y de brindarlo en forma transparente y totalitaria; esto es la esencia de nuestro amor: Uno se vuelve filósofo el día que nos damos cuenta de que ignoramos el sentido de nuestra vida, y resolvemos ir en su búsqueda por el camino de la razón y la lógica.

Hasta entonces yo había “sobrevivido” de las opiniones ajenas, algunas recibidas con desgano y otras con beneplácito; creía lo que por término medio se cree, hacía lo que se hace, gustaba como se gusta de la vida y en ocasiones incluso me revelaba como y contra lo que uno suele rebelarse; arropada por las tradiciones, sostenida por los valores y principios inculcados, llevada y traída por la existencia común mi vida transcurrida con relativa placidez.

Pero en cierto momento se dio, cuando sentí con estremecimiento, que el suelo de todas mis creencias que hasta entonces me había sostenido se abría bajo mis pies, y mis convicciones de siempre repentinamente se volvían extrañas; antes me eran tan evidentes que ni siquiera reparaba en ellas, pero ahora que se me ocurrió preguntarme a mí misma por el sentido de mi existencia y la razón de mi ser, y al no encontrar una respuesta total y satisfactoria, esta pregunta me ha llevado a una instancia, que a su vez me ha conducido a otra, y a otra, y a otra…

Lo que siento ahora es que ya no me encuentro tan segura de mí misma, ya no logro ver con claridad mi vida…me encuentro en un abismo de sueños e ilusiones, y dudo de casi todo. El mundo en el que vivo y me desenvuelvo de repente se ha convertido en un gigantesco escenario con un decorado en donde nada es lo que aparenta ser. Donde la música y la majestuosidad de la esperanza y la agonía se fusionan para volverse humo…cenizas del ayer, sueños del mañana y cantos del hoy...para disfrutar de un paraíso, un espejismo soñado, un Olimpo de ilusiones.