viernes, 11 de diciembre de 2009

Xmas time


Por lo general, en la vida de todo ser humano siempre se hace presenta la pregunta "por qué". Siempre queremos tener conocimiento sobre todo. Es tanto el vicio y el deseo que muchas veces nos volvemos esclavos de nuestros pensamientos, nos convertimos en seres egocéntricos que creen saberlo todo. Odiamos no poder tener la última palabra y sobre todo, odiamos que nos corrijan, que nos digan qué hacer y cómo hacerlo. Somos enemigos del pensamiento ajeno.
Por más triste que suene, esto es símbolo de envidia y rebeldía, pertinencia y ambición. La gula intelectual (o al menos la de saber todo) es la más peligrosa de todas, es la primera que envenena y deteriora al organismo. Nos volvemos seres inútiles pero elocuentes. En el afán de decir o hacer todo a la perfección, nuestro subconsciente nos delata, nos falla y finalmente la realidad se hace presente. Sale a la luz un ser ínfimo y triste cuyo vacío trata de eliminarlo con conocimiento. Éste pensamiento y sentimiento es el más triste de todos y sea reflejo del mismo demuestra su miseria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario